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Juan Zaizar Torres


Juan Záizar nació en Tamazula de Gordiano, Jalisco, el 9 de noviembre de 1933. Fue el menor de los nueve hijos de don Refugio Záizar y doña María del Refugio Torres Jiménez. Su padre, don Refugio, era un hombre de campo, alegre, que gustaba de llevar serenata a su esposa, por lo que acostumbraba cantar y componer canciones, herencia artística que transmitió a sus hijos Juan y David, quienes desde pequeños desarrollaron esa vocación. Por su afición musical, Don Refugio tuvo amistad con diversos compositores y músicos, como don Gaspar Vargas y su hijo Silvestre, fundadores del famoso mariachi Vargas de Tecalitlán, con quienes, años después en la Ciudad de México, Juan compartió actuaciones y realizó grabaciones de discos. Aunque Juan se inició artísticamente a los trece años, edad a la que escribió su primera canción, se cuenta que cuando tenía cinco y su hermano David ocho, se estacionó en una calle un camión con un escenario montado, en donde se invitaba a la gente a participar en un concurso de canto para aficionados. David inscribió a Juan, quien participó y quedó en primer lugar. El premio fue una botella de brillantina Glostora. Otro recuerdo de su infancia, que quedó muy grabado en la memoria de Juan, fue el de un señor en Tamazula que gustaba de contar historias que inventaba para niños, las cuales él escuchaba con mucho interés y, a través de los años, le sirvieron de inspiración para canciones como “Carcas Bill” y “Voy a Texas”.

Cuando Juan tenía 8 años de edad se fue a vivir con su mamá a la Huasteca Potosina, en donde ya se encontraba David con otro de sus hermanos, Antonio, que era sacerdote. Influenciados por él, Juan y David ingresaron a estudiar al seminario Guadalupano, en San Luis Potosí, en donde participaron en el coro de la iglesia. En otra ocasión sucedió que Juan y David cantaban alegremente por la calle cuando pasó un señor que se detuvo a escucharlos y quedó gratamente impresionado con sus voces. Resultó que esta persona era nada menos que un productor de radio, quien inmediatamente los invitó a la Ciudad de México a un programa patrocinado por la fábrica de chocolate “La Corona”.

Entusiasmados, trataron de convencer a su hermano, el padre Antonio, y a sus papás para que les dieran permiso de viajar a la Ciudad de México a realizar lo que tanto deseaban: una oportunidad para ingresar al ambiente artístico en la capital. Obtener este permiso no les fue fácil, pero lo consiguieron y, felices, los dos hermanos realizaron el viaje, llenos de sueños e ilusiones.

Una vez instalados en la Ciudad de México, Juan se integró al Trío Tamazula para actuar en la radiodifusora XERH, donde Arsenio Tuero les dio su primera oportunidad al ofrecerles ocho programas. Su sueño se había hecho realidad, a pesar de haber pasado por momentos difíciles para alcanzarlo. Como ilustración de las dificultades que tuvo que sortear en sus inicios, Juan contaba que, cuando salía por las noches de la emisora con su guitarra y hacía la parada al camión, el chofer pensaba que quería cantar y no se detenía.

Lo más arduo al principio de su carrera fue, como en el caso de la mayoría de los intérpretes, el conseguir oportunidades. Su empeño fue constante hasta que por fin, gracias a su vocación y talento, se le abrieron las puertas y fue contratado por la XEW para incorporarse al cuartero de los “Cantores del Bosque”. Cuando los escuchó don Pedro de Lille “El Caballero del Micrófono”, les otorgó el espacio que tenía el Grupo de Nicandro Castillo, compositor de “Las Tres Huastecas” y “La Candelaria”. Sus primeras interpretaciones fueron “La Malagueña” y “Entre Cadenas”, esta última de la autoría de su señor padre, don Refugio Záizar.

El éxito lo acompañó hasta que decidió deshacer el trío y continuar sus presentaciones como los Hermanos Juan y David Záizar. Más tarde sucedió que Jorge Negrete lo recomendó con el actor cómico “El Panzón” Soto, quien lo llevó al teatro de revista, y por este conducto conoció, tiempo después, a Miguel Aceves Mejía, que le brindó su apoyo y se convirtió en su padrino artístico. Como integrante del dueto Hermanos Záizar grabó para la RCA Víctor los temas “Al Pie de Tu Reja” y “El Vista Hermosa”, además de otras composiciones suyas, y posteriormente los grabó también para la Peerless, con quienes permaneció y grabó más de sesenta discos con el dueto y, después, ya como solista, tuvo una producción de más de veinte, por lo que recibió un reconocimiento especial por parte de esta casa disquera, así como la medalla Virginia Fábregas de la Asociación Nacional de Actores (ANDA).

Juan participó en diferentes festivales de la canción, entre los que destacan el del Estado de México, el del Corrido Mexicano, el Festival de la Canción Ranchera y, en su última participación, el Festival México Lindo y Querido. En todos estos eventos tuvo una brillante participación, en especial con dos temas: “El Cofrecito”, interpretado por Beatriz Adriana, y “Canción Ranchera”, que cantaba él mismo.

Fue un compositor prolífico, cuyos temas más destacados son “¡Qué Padre es la Vida!”, “La Basurita”, “Cielo Rojo”, “No Tiene la Culpa el Indio”, “Las Quejas de un Cancionero”, “El Cofrecito”, “Dolor de Mi Dolor”, “Un Mar de Penas”, “Canción Ranchera” y “Cruz de Olvido”, que fueron interpretados por Amalia Mendoza “La Tariácuri”, Flor Silvestre, Lucha Moreno, Lola Beltrán, Beatriz Adriana, Pablo Montero, Vicente Fernández hijo, Banda El Recodo, Banda Maguey, Rocío Jurado, Chavela Vargas, Angélica María, Cornelio Reyna, Carmen Cardenal y, en especial, su hermano David.

También incursionó en el cine con las presentaciones de los Hermanos Záizar en cintas como “Sangre en la Barranca”, “Los Cuatro Juanes”, “Ahí Vienen los Argumedo” y “La Escondida”, dirigida por “El Indio” Fernández, con quien llevaba una gran amistad y quien llegó a considerar a Juan y a David como sus hijos. En 1970 Juan Záizar formó parte del Consejo Directivo de la SACM con el cargo de Vocal, así como responsable de Relaciones Públicas. En su vida, demostró una gran pasión por la defensa del corrido mexicano, apoyado por los maestros Juan S. Garrido, Víctor Cordero y Samuel M. Lozano. La muerte de su hermano David le trajo a Juan años de pena y añoranza, pero gracias a su fortaleza lo superó y continuó su carrera como solista. Su última participación artística fue en el festival “México Lindo y Querido”, en donde interpretó su tema “Canción Ranchera”, con el que logró el primer lugar regional, representando al estado de Jalisco. Su canción quedó dentro de las diez finalistas a nivel nacional, pero más aún quedó en el gusto popular.

Quienes tuvieron la oportunidad de tratarlo lo recuerdan como un hombre sencillo, de sonrisa franca y sincera, y como un padre amoroso y ejemplar. En su natal Tamazula, a iniciativa de las autoridades municipales, se colocó una placa en la casa donde nació, que es el número 146 de la calle que originalmente llevaba el nombre de Reforma, después fue Benito Juárez y, tras la colocación de la placa, pasó a llamarse Hermanos Záizar.

Juan Záizar murió el 6 de febrero de 1991.

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