Porque es nuestro día y tenemos que disfrutarlo al máximo. Es tu boda, debes ir cómoda y sentirte bien con tu elección.
En Enfoque profesional, estamos listos para tomar tu sesión de fotos, pero antes de todo este proceso que es muy importante para tener el mejor de los recuerdos de uno de los acontecimientos más importantes en nuestra vida, debemos mencionarte que una de las primeras cosas que tienes que buscar es el vestido de novia, ese momento con el que tantas veces has soñado, pero cuando llega ese momento no sabemos muy bien cómo actuar ni por dónde empezar...
Por mucho que las tendencias te encanten. Quizás no sea tu estilo y, lo realmente importante, es que sientas que eres tú. En Enfoque Profesional te sugerimos:
La idea de hacerte el vestido a medida. Muchas novias no contemplan esta opción porque piensan que es mucho más caro acudir a una modista que le confeccione un modelo a medida. Pero no es así, la relación calidad-precio es buena, te sentará como un guante, ya que lo harán sobre tu cuerpo, y será único, no habrá otro igual. Si no quieres hacértelo a medida, los diseñadores recomiendan escoger un vestido de catálogo y personalizarlo. “Busca aquel que te haga sentir tú misma y personalízalo con algo que lo haga diferente: un aplique en la cintura o cadera, un tejido diferente, un complemento arriesgado…”, afirma Paula Martínez. ¡Que refleje tu personalidad!
Aquí te mostramos las telas de novia más utilizadas:
Mikado: se trata de una tela de seda natural gruesa con brillo.
Brocado: tela con relieves dorados o plateados. Estos dibujos suelen ser motivos vegetales o geométricos de inspiración oriental.
Piqué: es una tela áspera, con cuerpo, en la que se pueden observar a modo de dibujo formas de malla muy sutiles.
Otomán: tiene mucho cuerpo, un aspecto rayado y es muy gruesa y firme.
Tafetán: se trata de un tejido con mucho volumen, es una seda muy brillante.
Organza: es un tejido rígido ya que recibe un tratamiento químico para darle ese aspecto, aunque es una tela fina casi transparente. Será de seda o algodón.
Crepé: es una tela de aspecto irregular y con tacto granular. Pueden ser de lana, plisado, georgette… Es el tejido más adecuado para vestidos de corte sirena y también para vestidos con volumen. Normalmente van acompañados de pedrería y bordados.
Encaje: se obtiene a partir de la mezcla de seda, algodón y lino o hilos metálicos. El encaje es un tejido que se utiliza para complementar otras telas, como adorno. Es el preferido para vestidos con estilo vintage.
Gasa: ideal para diseños muy vaporosos, para vestidos de novia para bodas en la playa. Se trata de una tela ligera, suave y que pesa muy poco.
Tul: tela muy ligera y transparente con aspecto de malla y textura áspera.
Tendrás que elegir bien el color, ya que no a todas las pieles les va bien el mismo tono de blanco.
Blanco nieve: es un blanco radiante pero sin ese matiz azulado, el color de la nieve. Es el más parecido al blanco puro, aunque sigue siendo un color no muy popular. Sin duda, novias con tono de piel moreno, ¡apostad por este blanco!
Crudo/blanco roto: se trata del tono de blanco que más novias utilizan, de hecho, casi un 90% de ellas lo elije para su diseño. Es el color natural de la seda antes de someterla a tinturas. Un blanco apagado que favorece muchísimo, sobre todo, a las novias con tez ni muy clara ni muy morena.
Perla: similar al crudo con un tono cercano a la vainilla, no es muy fácil de encontrar pero es un tono elegante y muy fino. Este tono es el más utilizado por novias de más de 40 años. Ideal para mujeres que tienen la piel más morena.
Marfil: menos cercano al blanco puro que el perla, se acerca más al beige. Es uno de los tonos de blanco más favorecedores ya que es el más cálido. Si tienes la tez muy blanca, lo mejor es que apuestes por el color marfil.
Champán: suavemente dorado, como la bebida que lleva su nombre. Este sí que no le sienta bien a todos los tipos de piel, pero a la piel morena, le sienta realmente espectacular. ¡Las chicas de piel oscura os veréis sensacionales con este tono!
Nude: es el color de la piel, no se suele utilizar como tono principal para el vestido pero sí para combinaciones de color con blancos o crudos, con bordados o encajes que simulan efecto tattoo.
Rosa empolvado: no es blanco como tal, pero se utiliza mucho en los vestidos de novia con aire vintage. Es un rosa con mezcla de beige y blanco, muy suave. Una de las mejores opciones para las novias de piel más clarita.
Seguramente ya partas con una idea inicial del vestido que quieres pero, ¿es el corte que realmente te queda bien? Más allá del amor a primera vista que sentiste con ese diseño, tienes que ser consciente que puede que no te siente como pensabas. La mayoría de las novias van siempre a la prueba del vestido con una idea clara y, muchas de ellas, terminan por decidirse por un modelo completamente diferente. Para que tú vayas sabiendo qué es lo que te queda bien, te contamos qué vestidos son los mejores para cada tipo de cuerpo, observa la imagen anterior.
Cuerpo rectángulo: evita los vestidos ceñidos o de líneas rectas, diseños fluidos y las mangas cortas. Te sentarán de maravilla los que son entallados en la zona alta de la cintura, siempre prestando mayor atención al cuerpo del vestido que a la falda. Puedes alargar la figura con escotes en V o con los hombros descubiertos. Con el cuerpo rectángulo es mejor que no optes por faldas muy largas con colas interminables. Evita el escote cuadrado o redondo.
Cuerpo triángulo: en este caso, lo que tienes que conseguir con el vestido es equilibrar llamando la atención sobre la parte superior del vestido. Para ello, decídete por un modelo de línea A que no sea muy ceñido para que no resalten las caderas. Al igual que la línea A, también te verás muy favorecida con el corte princesa. En cuanto a los adornos, céntralos en la parte del busto, con drapeados y escotes en V.
Cuerpo redondo: elige un vestido con cintura alta, un corte imperio en el que la falda sea fluida y caiga a lo largo del cuerpo. Como escotes, te favorecerán el escote de corazón o escote en V, pero siempre sin ser ajustado. Para este tipo de cuerpos, más es menos, así que, no optes por muchos adornos, es mejor algo sencillo y elegante.
Cuerpo reloj de arena: al tener una figura equilibrada, puedes optar por cualquier tipo de vestido pero, sin duda, los que mejor te sentarán serán los de tubo o de corte sirena. En cuanto a los escotes, el barco es el ideal. Eso sí, no satures la zona con adornos si tienes el pecho grande, por el contrario, si tienes el busto pequeño, puedes permitírtelo.
Cuerpo en triángulo invertido: lo esencial es darle volumen a la cadera y restárselo a los hombros. ¿Cómo? Con escotes que no sean abiertos, prueba con escotes a la caja, cerrados y faldas con volumen, por ejemplo, con apliques. Te verás más estilizada.
Según el pecho: si quieres disimular algo de pecho, apuesta sobre todo los escotes en V. Aunque no son los únicos, lo más importante es que nunca sea a la caja, podéis elegir también un vestido con escote redondo sin marcar en exceso la cintura o un diseño con un escote ablusado. Y para las chicas que queráis marcar pecho, lo mejor es que sea un vestido muy pegadito y cuanto menos escotado mejor. Si te gustan, puedes elegir drapeados en esta zona, además las espaldas muy escotadas suelen favorecer a todas las novias, apuesta por un escote trasero, ¡triunfo asegurado!
Según la altura: ¡las mujeres bajitas os veréis estupendas vestidas de blanco! Sin embargo, debéis evitar vestidos con faldas muy voluminosas, te harán parecer más pequeña por el efecto óptico de la proporción anchura-altura. Procura elegir vestidos sin cortes horizontales y sin excesivo vuelo. Por el contrario, si eres muy alta, elige un vestido con talle bajo o a la cintura para evitar espigar más aún la figura.
Si tienes curvas o eres muy delgada: si eres una chica con curvas, apuesta por el corte princesa y entalla la cintura de manera que las caderas queden disimuladas. En la parte del cuerpo de diseño, elige pliegues o drapeados, perfectos para disimular. Si eres muy delgada, te favorecerán modelos con volumen en mangas o falda, dependiendo de la parte del cuerpo que quieras resaltar. La manga corta, tres cuartos o manga larga son las opciones perfectas, ya que disimulan los brazos, tanto si los tienes anchitos como si los tienes delgaditos. Asimismo, te favorecerá el escote corazón para dar volumen al pecho, pero no los escotes cuadrados ni en V.
Si estás embarazada: si estás en los primeros meses de embarazo, no será visible, podrás utilizar el mismo vestido que tenías pensado atendiendo a tu tipo de cuerpo. ¡Solo hasta los 4 meses! A partir de ahí, el cuerpo cambiará notablemente, así que, apuesta por el corte imperio y un tejido fluido, que será lo más cómodo.
Los expertos recomiendan que cuando creas que has encontrado el vestido de tus sueños, no te quedes fija mirándote al espejo. Camina, siéntate, salta, baila, sube los brazos… Si hay algo de eso que no puedes hacer, ése no es el vestido perfecto. “Deberás vivir con él un millón de emociones y llevarlo durante muchas horas en las que no estarás quieta, así que debes sentirte cómoda con él”, explica la wedding planner de La Cebra a Cuadros.
En Enfoque Profesional, te deseamos felicidad en tu proyecto de vida y deseamos que elijas el vestido que te haga sentir inmensamente feliz. Eso es lo más importante.
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